Primó la cordura y el interés nacional para dar un trascendental paso más en torno a la resolución de una histórica reivindicación peruana.
Saludamos así decididamente el amplísimo apoyo que han expresado estos días los diversos grupos representados en el Acuerdo Nacional y el Congreso a la demanda que el Estado Peruano presentará ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya respecto del diferendo marítimo con Chile.
Han estado presentes allí desde los voceros del partido aprista y los de Unidad Nacional, Renovación, Solidaridad Nacional, hasta los grupos fujimoristas y humalistas, además de representantes del empresariado y de los gremios laborales y sindicales, entre otros.
Tal respaldo es absolutamente necesario para fortalecer nuestra posición en un tema tan delicado. Corresponde ahora al Gobierno, y específicamente a la cancillería, responder a esta muestra de confianza para liderar dicha causa de modo coherente, eficiente y unitario.
El enfoque, entonces, debe ser eminentemente técnico, y no debe estar sujeto a condicionamientos ni camisas de fuerza por parte de los grupos políticos que han prestado su respaldo.
Saludamos así decididamente el amplísimo apoyo que han expresado estos días los diversos grupos representados en el Acuerdo Nacional y el Congreso a la demanda que el Estado Peruano presentará ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya respecto del diferendo marítimo con Chile.
Han estado presentes allí desde los voceros del partido aprista y los de Unidad Nacional, Renovación, Solidaridad Nacional, hasta los grupos fujimoristas y humalistas, además de representantes del empresariado y de los gremios laborales y sindicales, entre otros.
Tal respaldo es absolutamente necesario para fortalecer nuestra posición en un tema tan delicado. Corresponde ahora al Gobierno, y específicamente a la cancillería, responder a esta muestra de confianza para liderar dicha causa de modo coherente, eficiente y unitario.
El enfoque, entonces, debe ser eminentemente técnico, y no debe estar sujeto a condicionamientos ni camisas de fuerza por parte de los grupos políticos que han prestado su respaldo.
Sería realmente absurdo e insensato que se pretenda chantajear al Gobierno y al país en un tema que, mucho más que otros, exige generosidad y desprendimiento para elaborar una política de Estado de mediano plazo sobre temas limítrofes y sobre nuestra relación con Chile. No puede haber, pues, presiones para imponer a representantes ni para incluir tal o cual punto según la agenda interesada de un grupo.
En suma, hay que dejar trabajar a la cancillería.
Para tal fin debe convocar, como ya lo está haciendo, a personalidades y técnicos reconocidos, que se imbuyan de todos los elementos e instrumentos para defender nuestra postura ante la corte internacional. Y eso es lo más sensato, ya que se trata de un proceso que exige conocer y cumplir una serie de formalidades procesales, así como evaluar doctrinas, tratados, jurisprudencia y antecedentes históricos.
La presencia como agente peruano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya del embajador Allan Wagner Tizón es ciertamente acertada por su destacada trayectoria profesional y ética.
Se trata de una empresa ardua y seria, porque al mismo tiempo que debe argumentar consistentemente nuestra posición histórica, ello tiene que hacerse de modo profesional y sin caer en las provocaciones de grupos radicales tanto de acá como de Chile, que viven de incentivar la provocación y el enfrentamiento.
De lo que se trata es de respetar y hacer valer "la sexta política de Estado del Acuerdo Nacional, que afirma una política exterior para la paz, la democracia, el desarrollo y la integración". El Perú y Chile están llamados a fortalecer su relación bilateral, para lo cual sería saludable cerrar definitivamente las rencillas del pasado para poder proyectarnos a un nuevo horizonte de auspiciosa cooperación.
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