BASTIONES. Durante el reciente terremoto en el sur chico, la ayuda llegaba mediante un efectivo puente Lima-Base Aérea Pisco. El punto central era el Grupo Aéreo N° 51, la escuela donde se preparan los pilotos militares peruanos. Una visita por su aniversario 44 revela sus emblemas.
La máquina parece la última versión de un juego electrónico. Una pantalla simula la consola de un avión Tucano. La teniente Liliana Zárate realiza algunas maniobras con una imagen simulada de lo que enfrentaría si estuviera en el aire. Para ella, el ejercicio tiene un sentido nada lúdico. Es una de las últimas etapas en su carrera por desprenderse del suelo. Zárate, quien ya ha realizado dos vuelos en Tucano, sigue una progresión familiar: su padre era técnico en reparación de aeronaves; ella creció con la idea de manejarlas.
El Grupo Aéreo N° 51 guarda varias historias parecidas. El alférez Julio Rivas adquirió el gusto por la vida militar de su padre, un oficial del Ejército. Otros compañeros suyos han tenido algún vínculo antiguo con la idea de volar una nave. Cinco años después de haber definido su vocación, con el paso por la Escuela de Oficiales de la FAP, se enfrentan a un nuevo comienzo. "Al llegar acá no saben nada", dice el coronel Alfonso Artadi, comandante de la Base Aérea de Pisco, en irónica alusión al cambio que significa estar en esta escuela. "Nosotros tenemos un lema: El hombre nace, gatea, camina y corre. Acá les enseñamos a volar", precisa.
La frase implica también una advertencia. Es aquí donde se determinan los temperamentos. "Para ser piloto de caza tienes que ser estable, tener los nervios de acero. Es muy difícil que una persona irritable soporte presiones tan grandes como las que se dan en combate", dice el mayor Vicente Yupari, uno de los instructores. La opción es ser piloto de helicópteros o de transporte. "El sueño, obviamente, es pilotear un avión de combate".
Siete de cada diez alumnos alcanzan su meta aérea. Además de las mujeres que estudian en las aulas, varias más trabajan en los hangares de mantenimiento de las naves, en una muestra de que la atracción por el aire y sus desafíos carece de sexo o lo va perdiendo. "La vida del piloto es muy dura, destinado a lugares inhóspitos, lejos de su familia", señala el mayor Yupari, como para acentuar los méritos del grupo. Aun así, los rigores colaterales parecen un estímulo: el que menos parece ansioso por su turno para una misión.
En la fábrica de pilotos que es el Grupo Aéreo N° 51, el sentido común tiene una lógica distinta. "El ser humano no está hecho para el aire, pero aquí nos entrenamos para subir", dice un instructor. Quiere decir que hay una mística contra la gravedad. Un idealismo del aire. Es su principal culto. (El Comercio)
3 comentarios:
tu post es bueno . a mi de grande me gustaria se un gran piloto de la FAP pero todavia tengo 15 años jaja bueno pero el que la sigue la consigue Buen POST !
http://tonyaircraft.blogspot.com
hola para enpesar a mi me gustaria ser un buen piloto pero ahun tengo 16 años lo inportante esque quisiera saver que requisitos se nesesita para ser un buen piloto
y cuanto es el costo
gracias
no se preocupen muy pronto estare ai
jajaja ya veran
solo tengo 15 años
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